Los estilos de vida y la actividad fisica

Lo que habitualmente llamamos “Estilo de Vida” puede definirse como “el conjunto de patrones de conducta que caracterizan la manera general de vivir de un individuo o grupo”.
El estilo de vida de una persona en particular puede ser considerado globalmente saludable y aún así incluir algunas prácticas no saludables. Es por esto que puede afirmarse que existen muchos y diferentes estilos de vida saludables. Lo que sí podemos asegurar es que un estilo de vida saludable es aquel que (en conjunto) “añade años a la vida y vida a los años” (aunque no se trate para nada de una definición académica).
En general, los autores suelen agrupar los factores que condicionan el estilo de vida de una persona en cuatro apartados principales: las características individuales de una persona, las características de su entorno cercano, los factores macrosociales y el medio físico geográfico.
Así podremos deducir simplemente que los amigos, los miembros de la familia, los clubes y las instituciones educativas – entre otros- van a influir sobre el estilo de vida individual.
Aquí es donde tenemos una gran oportunidad de reflexión y de acción.
¿Consideramos importante que la actividad física esté incluida en nuestra vida? ¿La actividad física debe ser un deporte? Si se opta por un deporte: ¿Debe ser individual o colectivo? ¿De enfoque recreativo o con acento en el rendimiento? ¿Cuáles son los intereses de mi familia al respecto? ¿Es posible la práctica de la misma actividad física para todos los miembros de la familia? ¿Qué nos aporta tal o cual actividad?
Debemos recalcar que la actividad física habitual es una de las conductas que las personas podemos controlar dentro de nuestro estilo de vida. Por lo tanto, y tratándose de niños y jóvenes, es fundamental el planteo de estas cuestiones.
Son bien sabidos los beneficios de la actividad física moderada y sistemática para la salud, y los perjuicios del sedentarismo prolongado. En líneas generales podemos afirmar que si nuestros hijos tienen incorporado el hábito de la actividad física, como cualquier otro hábito, difícilmente lo abandonen.
¿Cuál es el rol de los padres?
Durante la infancia los niños y niñas emplean mucho tiempo en jugar, y una gran parte de sus juegos implican movimiento. Al crecer, el interés por los “juegos motores” (aquellos que implican actividad física) suele mermar y aparecen diferentes alternativas para ocupar el tiempo libre y entretenerse. Muchas de estas alternativas son sedentarias o se practican en ambientes en que se dan conductas poco saludables (el encierro, el fumar, el trasnochar, etc.).
Intentemos mostrarles que hay alternativas mejores.
Es nuestra misión transmitir a niños y jóvenes –futuros adultos- el hábito de disfrutar y pasar bien nuestros días haciendo deportes o practicando cualquier tipo de actividad física que permita confrontar con otros, cooperar con otros, compartir, liberar impulsos agresivos, socializar, relajarse, explorar las posibilidades de movimiento de nuestro cuerpo, disfrutar y –en definitiva- mejorar la calidad de vida, tendiendo a un estilo de vida saludable.
En tiempos de Internet y www.com (podríamos agregarle la telefonía celular y tantos otros dispositivos de utilidad indiscutible), es fundamental que todos los adultos comprendamos y transmitamos a los jóvenes con hechos la importancia de la actividad física para sentirnos bien y para estar bien, despegando el cuerpo de la silla y la vista del monitor, para mirarnos una vez más y dirigir juntos nuestra mirada al sol.
Prof. María Adelina Lalanne
Educación Física E.P.B.
Fuentes consultadas:
Revista digital: www.efdeportes.com
Devis Devis, J. (Coord) La Educación Física, el Deporte y la Salud en el siglo XXI. 2001. Ed. Marfil S.A. España.